ROMPIENDO EL ESPÍRITU DE LA VERGÜENZA.

2 Samuel 12:18-20 [AMP]


Rompehielos: Oops!

¿Cuál es un error pequeño o divertido que has cometido recientemente y que deseabas poder deshacer inmediatamente?

Ejemplos:

  • Enviar un mensaje a la persona equivocada

  • Entrar en una habitación y olvidar por qué

  • Saludar a alguien que no te estaba saludando

Todos hemos tenido esos momentos de error, pero Dios no nos los reprocha. Hoy hablaremos sobre cómo dejar de reprochárnoslos.


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5 Maneras De Romper Con El Espíritu De La Vergüenza.

1. Levantarse Del Suelo.

La vergüenza nos dice que nos quedemos abajo porque "te lo mereces." La gracia dice, “Aún eres mío, así que levántate.” A veces, lo más difícil de la recuperación no es el perdón, sino el movimiento. Cuanto más tiempo permaneces abajo, más pesada se vuelve la vergüenza. Levantarse es un acto de fe. No nos levantamos cuando nos sentimos listos, sino porque creemos que Dios no ha terminado.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿En qué área de tu vida la vergüenza, de la que Dios te habla, te ha mantenido deprimido?

  • ¿Cómo te gustaría "levantarte" esta semana: mental, emocional o espiritualmente?

2. Lávate Tu  Mismo.

Lavarse representa arrepentimiento y renovación. David no se lavó para ocultar lo que hizo. Se lavó para quitar lo que ya no le pertenecía. Cuando la vergüenza se aferra a nuestro espíritu, a menudo se debe a que seguimos repasando lo que Dios ya nos ha perdonado. No puedes purificarte con la autocompasión ni con tu desempeño. Eres lavado por la relación al acercarte a Dios. Cuanto más te acercas a Dios, más clara se vuelve tu perspectiva. La vergüenza pierde poder cuando permites que su verdad reescriba tu historia.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Cómo se siente acercarte a Dios en esta época?

  • ¿Hay mentiras o recuerdos que necesitas que Dios limpie?

3. ÚngeteA Ti Mismo.

En las Escrituras, la unción era un símbolo público de identidad y propósito. Reyes, sacerdotes y profetas eran ungidos para recordarles que estaban apartados. La vergüenza intenta convencernos de que nuestros errores han borrado nuestro llamado. Pero cuando David se ungió, estaba diciendo: «Sigo siendo elegido». La unción no niega el pasado; declara que el propósito de Dios es mayor que él. Puede que hayas fracasado, pero no eres un fracaso. El Espíritu de Dios aún reposa en ti para algo mayor.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿En qué momentos has creído que el fracaso te descalificaba?

  • ¿Qué pasajes bíblicos te vienen a la mente esta semana para recordarte que aún eres elegido y ungido?

4. Cambia Tu Ropa.

Cambiar de ropa representa un cambio de identidad. En la Biblia, las prendas de vestir a menudo simbolizaban la condición espiritual. El acto de David de cambiarse de ropa fue más que una cuestión de higiene. Fue una expresión de transformación. No podemos llevar la culpa de ayer y la gracia de hoy al mismo tiempo. Cambiar de ropa significa dejar atrás las vestiduras de dolor, culpa y arrepentimiento, y revestirnos de la justicia de Cristo. Dios no solo limpia nuestro historial; cambia nuestra identidad. No eres lo que hiciste. Eres quien Él dice que eres.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Qué ropa vieja (etiquetas, hábitos, mentalidades) necesitas quitarte?

  • ¿Qué ropa nueva te invita Dios a usar hoy?

5. Ve A La Casa Del Señor Y Adora.

El último acto de David no fue explicarse ni defenderse. Eligió adorar porque la adoración es donde la vergüenza pierde su voz. Cuando adoramos, dejamos de definirnos por lo que hemos perdido y comenzamos a definirnos por quién es Él. La adoración transforma el dolor en presencia. Cuando la vergüenza dice, “No perteneces aquí”, la adoración dice, “Solo estoy aquí por su gracia.” Tu mayor sanación a menudo llega donde tu mayor fracaso intentó silenciar: la presencia de Dios.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Cómo te ha ayudado la adoración a combatir la vergüenza?

  • ¿Qué cambiaría si tu primera respuesta al fracaso fuera la adoración en lugar del retraimiento?


DECLARACIÓN DE ESTA SEMANA:

“Esta semana, declaro que el espíritu de vergüenza ha sido quebrantado de mi vida. Lo que una vez me ataba ya no tiene poder sobre mí. Hoy, por la gracia de Dios, decido levantarme. Soy lavado por la Palabra y renovado por su presencia. La voz de la vergüenza que me decía que estaba demasiado sucio, demasiado lejos o demasiado tarde es silenciada por la sangre de Jesús que dice, “Estás limpio.” Mi corazón se purifica y mi mente se restaura. Soy ungido y sigo siendo elegida. Lo que he hecho no cancela la persona que Dios me ha llamado a ser. Su aceite aún fluye sobre mi vida. Su Espíritu aún me llena de poder y propósito. Donde la vergüenza me decía que estaba descalificado, la gracia me recuerda que todavía soy llamado, aún estoy cubierto y aún soy capaz. Camino libre del peso de la vergüenza y levanto la cabeza con confianza, porque mi identidad está segura en Jesús. Mi historia no es una historia de fracaso, sino de perdón, libertad y restauración. La vergüenza no tiene cabida en mi corazón, ni lugar en mi mesa, ni autoridad sobre mi futuro. Estoy sano. Soy completo. Soy suyo. Y donde termina la vergüenza, comienza mi restauración.”

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