ENCUÉNTRAME EN EL JARDÍN.
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Rompehielo: “PELECHA DE COMIDA”
Si tuviera que prohibir que se sirviera de nuevo un plato de Acción de Gracias, ¿cuál sería? ¿Y por qué merece ser cancelado?
3 Observaciones Del Jardín.
1. El Jardín Genera Conciencia.
Lucas 22:41-42 [MSG], Hebreos 12:15 [ESV], Romanos 8:26-27, Sofonías 3:17 [NTV]
Cuando Jesús entró en el Huerto, no ocultó sus sentimientos. En cambio, se arrodilló y expresó la cruda verdad: «Padre, aparta de mí esta copa». En ese momento, vemos que el Huerto es el lugar donde Dios, con ternura, nos hace conscientes de lo que sucede bajo la superficie. Como una herida reabierta que necesita atención adecuada, Dios revela lo que ha estado supurando: heridas sin resolver, traumas acumulados, miedos ocultos y la culpa que sentimos cuando no estamos bien en una época. Es allí, con honestidad, donde el Espíritu interviene. Romanos 8 nos muestra que cuando no sabemos orar, el Espíritu Santo intercede para tomar control de las partes de la batalla que ya no tenemos fuerzas para librar. En el Huerto, Dios saca las cosas a la luz no para avergonzarnos, sino para sanarnos.
Preguntas De Reflexión:
¿De qué ha estado Dios tratando de hacerte consciente últimamente, ya sea emocional, espiritual o relacionalmente?
¿En qué momentos te sientes tentado a ocultar tu dolor en lugar de llevarlo al Jardín con Jesús?
¿Cómo has sentido la intercesión del Espíritu Santo por ti en una época en la que no sabías cómo orar?
2. El Jardín Trae Alineación.
Lucas 22:41-43 [NTV]
Jesús no se conformó con expresar su voluntad. La entregó. El Huerto se convierte en el lugar donde la consciencia se transforma en alineación y donde la honestidad en obediencia. Pero esta alineación no fue fácil. Jesús estaba abrumado, angustiado y bajo tal presión interna que su sudor se convirtió en sangre. Incluso Jesús anhelaba apoyo y pidió a sus amigos más cercanos que velaran con él. Esto nos muestra que la alineación se forja a través de la comunidad, la honestidad y la ayuda de Dios, no en el aislamiento. La realidad es que no todos pueden ir adonde Dios los lleva. Jesús llevó a doce discípulos al Huerto, pero solo tres fueron más allá. Y mientras oraba, Dios envió un ángel para fortalecerlo, un recordatorio de que la ayuda divina nos encuentra en el lugar de la rendición. En el Huerto, Dios realinea nuestros deseos, emociones y planes con su propósito.
Preguntas De Reflexión:
¿Qué área de tu vida necesita alinearse con la voluntad de Dios ahora mismo?
¿En qué aspectos has estado intentando llevar algo en solitario que necesitas en comunidad?
¿Quiénes son los tres que puedes llevar más adelante en tu temporada de Jardín y quiénes necesitan mantenerse a distancia?
3. El Jardín Revela Tu Propósito.
Lucas 22:46 [NTV], 1 Pedro 5:8 [NTV]
Cuando Jesús se levantó de orar, no salió del Huerto de la misma manera que entró. El peso seguía ahí, la traición estaba a punto de ocurrir y la cruz aún estaba por delante, pero algo había cambiado en su interior. El Huerto es donde llega la claridad y donde nuestra alma recupera la fuerza para seguir adelante. Es donde Dios revela lo que debemos afrontar, hacia dónde debemos caminar y lo que debemos dejar atrás. El Huerto revierte lo que Adán perdió: donde Adán se escondió, Jesús apareció; donde Adán se retiró, Jesús entró; donde Adán rompió una relación, Jesús la restauró. Jesús se adentra en nuestra debilidad, miedo, vergüenza y soledad para que podamos asumir la tarea que Dios nos ha encomendado. El Huerto produce movimiento. Libera la obediencia. Despierta el propósito.
Preguntas De Reflexión:
¿Qué tarea o llamado ha estado Dios tratando de enfocarte?
¿Qué momento de preparación estás viviendo actualmente?
¿Qué paso de obediencia te pide Dios que des?
DECLARACIÓN DE ESTA SEMANA:
“Esta semana, elijo encontrarme con Jesús en el Huerto. Me niego a ocultar lo que siento ni a enterrar lo que me duele. En la presencia de Dios, creo que puedo ser honesto, consciente y plenamente visible. Alineo mi corazón con la voluntad de Dios. Que no se haga mi voluntad, sino la suya, en mis pensamientos, emociones y decisiones. Libero la presión de actuar o fingir, y recibo la ayuda que Dios me envía. No estoy solo y no me aislaré. En el Huerto, confío en que Dios me revela mi tarea. La confusión se convierte en claridad y la pesadez en propósito. Me levanto con valentía y acepto el llamado que Dios ha preparado para mí. Jesús me encuentra en el Huerto, y con Él, sigo adelante, en su nombre. Amén.”

