HAZ QUE CUENTE.

2 Samuel 24 [NVI]


Anuncios:

THE SIX SERVICE [Inglés]

Domingos 6 PM

CREW NIGHTS

Miércoles, 6:30 PM - 8:30 PM

CELEBRANDO LA RECUPERACIÓN

Jueves - 7 PM - 8:30 PM

National City campus

COMMUNITY FRIENDSGIVING POTLUCK

Jueves, Noviembre 27 - 1 PM

National City

CORAZÓN PARA LA CASA - OFRENDA ANUAL

Domingo, 7 de Diciembre


Rompehielo: UNA HORA MÁS

Si tuvieras 25 horas al día, ¿cómo emplearías la hora extra?


3 Maneras En Que Hacemos Que Nuestras Vidas Cuenten.

1. Deja De Contar Las Cosas Equivocadas.

2 Samuel 24:10 [NTV], Salmos 8:3-4, Proverbios 3:5-7, Éxodo 30:12, Proverbios 29:25

David contaba personas para demostrar algo sobre sí mismo, pero Dios buscaba una fe que dependiera de Él. El orgullo nos lleva a cuantificar aquello en lo que Dios solo nos pidió que confiáramos. Hacemos lo mismo cuando medimos nuestra influencia por el número de seguidores, el dinero, el rendimiento o los aplausos. Cada vez que necesitamos números para sentirnos seguros, revelamos dónde dejamos de confiar en su nombre. El cielo cuenta de otra manera: no por cuánto podemos retener, sino por cuánto entregamos.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Qué "números" has estado persiguiendo? (¿Seguidores, ingresos, progreso, etc.?)

  • ¿Qué miedo te impulsa a llevar la cuenta? (¿Miedo al fracaso, a pasar desapercibido o a perder el control?)

  • ¿Cómo puedes dejar de lado esa métrica y reemplazarla con confianza esta semana?

2. Aprende A Dejar Que La Misericordia Te Valide.

2 Samuel 24:14, Salmos 56:8 [NTV], Mateo 22:14

La angustia de David no fue un castigo, sino la prueba de su vocación. Sus momentos de dolor y sufrimiento demostraron que le importaba demasiado la presencia de Dios como para vivir cómodamente en la desobediencia. A veces, el dolor no indica que nos hayamos desviado del camino, sino que es evidencia de que hemos sido elegidos para una confianza más profunda. El sufrimiento no destruye la vocación; la refina. Dios usa el dolor para revelar lo que aún nos domina — el orgullo, el miedo o el afán de control — para poder purificar lo que ha puesto en nosotros. Pablo dijo, “Llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús” (Gálatas 6:17), porque la verdadera vocación deja cicatrices. La credibilidad de David como líder se reconstruyó no en su victoria, sino en su vulnerabilidad. El dolor lo fortaleció en lugar de descalificarlo. Así como el trigo se separa de la paja en la era, Dios a menudo usa momentos de presión para separar nuestra vocación de nuestra comodidad.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Qué dolor en tu vida podría estar revelando la profundidad de tu llamado?

  • ¿En qué ocasiones has confundido el sufrimiento con castigo en lugar de con preparación para tu vocación?

  • ¿Cómo sería para ti “entregarte en las manos del Señor” en lugar de resistirte a lo que Él está perfeccionando?

3. Empieza A Hacer Que Cuente.

2 Samuel 24:24, Salmos 126:5, Santiago 1:2-4, Marcos 14:3, Marcos 14:3

Al final de la historia, David comprende que la adoración sin sacrificio es vacía. La era se convirtió en el lugar donde el dolor se transforma en propósito, el mismo terreno donde se construiría el templo de Salomón. Dios no desperdicia el dolor ni elimina el sufrimiento, sino que valida nuestro llamado al confiar en que lo atravesaremos sin perder nuestra entrega. Él transforma esos momentos en el horno, el pozo y el foso de los leones en altares de gloria. El costo de la obediencia hoy se convierte en el fundamento para que otra persona experimente la gracia mañana. Cuando David paga el precio completo, declara, “Este no será un momento de pérdida; será un momento de legado.” Lo que es costoso para nosotros se vuelve sagrado para Dios.

Preguntas De Reflexión:

  • ¿Qué sacrificio te ha pedido Dios que aún te cuesta?

  • ¿Qué altar te pide Dios que construyas en el lugar que una vez te quebró?

  • Comparte con nosotros lo que Dios te reveló a través de tu necesidad, tu ofrenda y tu entrega durante el llamado al altar de este domingo.


DECLARACIÓN DE ESTA SEMANA:

“Esta semana, declaró que mi vida tendrá valor. No por las cifras que pueda medir, sino por la entrega que le ofrezco. Me niego a valorar lo que alimenta mi orgullo y elijo confiar en el Dios que valora cada lágrima, cada paso, cada sacrificio. Cuando llegue el dolor, no huiré de él. Dejaré que me refine. Mi sufrimiento no es prueba de que me hayan olvidado, sino evidencia de que Dios me ha elegido, me ha moldeado y confía en mí. Lo que una vez me hirió ahora me fortalecerá. Lo que una vez me quebró ahora bendecirá a otro. Me entregaré a la misericordia, pues sus manos pueden sostener lo que mi corazón no puede. No le daré a Dios lo que no me cuesta nada, porque es en el sacrificio donde mi vocación se hace realidad. No busco validación. Me entrego para ser transformado. Declaro que cada acto de fe, cada momento de obediencia y cada "sí" ante el dolor contarán en el Cielo. Esta semana, viviré consciente, adoraré con plenitud y me entregaré con firmeza. Haré que mi vida tenga valor porque le pertenece a Aquel que lo dio todo por mí.”

Previous
Previous

CONSTRUYENDO UNA FE AUDAZ.

Next
Next

¿QUÉ TENGO QUE HACER?